La Madonna di Ognissanti es una pintura sobre madera de Giotto, uno de los padres del Renacimiento en Florencia. La pintura data del año 1310 y fue encargada a Giotto por la iglesia de Ognissanti, en Florencia, de donde toma su nombre. En la iglesia estuvo varios siglos esta monumental obra, de más de 3 metros de alto y 2 de ancho. Ya no está en su lugar original, sino que se conserva en la Galería Uffizi.
La Madonna di Ognissanti (Virgen de todos los santos), se considera una obra maestra por su técnica, por las innovaciones aportadas por Giotto y por su belleza. Una pintura clave para marcar una transición entre el gótico y el arte renacentista. Por su grandeza en tantos sentidos, la pintura es conocida también como la ‘Majestad de Ognissanti’ o la ‘Majestad de los Uffizi’.
El surgir del Renacimiento
La época más gloriosa de Florencia, el Renacimiento, fue el fruto de muchos elementos que se juntaron en la capital toscana. Uno de ellos, el gran movimiento artístico y las innovaciones que algunos artistas llevaban años impulsando en la ciudad. Cambiando las reglas del arte y el devenir de la cultura occidental. Brunelleschi, Ghiberti, Donatello y, por supuesto, Giotto, fueron algunos de los destacados. Unos de los más grandes artistas de Florencia.
En la Madonna di Ognissanti tenemos un claro ejemplo de esa innovación de Giotto introduciendo claramente elementos de arte renacentista. Nuevos para aquel entonces. Sin embargo, no toda la pintura es innovadora y plenamente renacentista. Encontramos marcados elementos góticos como, por ejemplo, el uso del dorado como fondo o la ampliación del tamaño de la Virgen sobre el resto.
La Madonna di Ognissanti, de todos los santos
En la pintura, en forma de rectángulo rematado en pico, se presenta un centro con la Virgen como protagonista indiscutible, en tamaño e importancia. Esta se sienta en una especie de trono situado en la cima de un pequeño alto al que se accede por unas escaleras.
En este trono central, la Virgen sostiene al niño Jesús, mirando directamente al espectador e inclinándose hacia un lado. Como si quisiera dejarnos ver bien al niño, presentárnoslo. Mientras, éste, con la mano realiza el signo de bendición.
Bajo los dos escalones, un nivel por debajo de la Virgen, están dos ángeles a cada lado que le acercan ofrendas.
Ya a su misma altura, a ambos lados, otros dos ángeles hacen lo propio. Uno sujetando una corona destinada a la Virgen y otro un obsequio en una caja dorada.
En los laterales y continuando hacia el fondo desde estos dos ángeles, encontramos 5 ángeles más a cada lado. Se distinguen por su aureola y son todos diferentes. Sin embargo, el fondo no continúa plano a pesar de la falta de más figuras. Pero, la realidad, es que sí hay figuras. En el fondo dorado vemos una consecución de aureolas que cubren toda la escena. Es la manera en la que Giotto representa a todos los santos. Pues es la Virgen, la Madonna, de Ognissanti, de todos los santos. Y el encargo era para la iglesia homónima, dedicada a todos los santos.

La Madonna de Ognissanti de Giotto: fija y en movimiento
A simple vista, en un primer vistazo rápido, la Madonna di Ognissanti parece una pintura estática. Pero, cuanto más se fija uno, más se mueve.
17 años después de haber sido entregada la pintura por Giotto a la iglesia, un artista italiano escribe su testimonio, una reflexión perfecta. ‘’Giotto, en su pintura, consigue que los personajes se muevan, respiren. Está hecha para la experiencia del espectador y no del propio artista’’.
Algunos detalles, genialidad de Giotto, son claves para crear esta sensación. El niño Jesús, en sus labios y rostro parece estar a punto de hablar. Su mano, que realiza el signo de bendición, nos invita a sentir que se acaba de mover para dirigirse a los ángeles.
La Virgen, inclinada hacia el mismo lado donde mira Jesús, y mirando al espectador, parece reaccionar a esa iniciativa del Niño, dándole protagonismo, señalándolo, presentándonoslo.
Los ángeles situados a ambos pies del trono, sostienen dos jarrones. Sin embargo, es imposible apreciar si están apoyados en los escalones o los están alzando y se están despegando del suelo. Una sensación de acción realmente fuerte cuando se observan.
El arte y los puntos de vista
Ahora, la mayoría de las grandes obras maestras de la historia no se encuentran en sus lugares originales sino en museos. Esto, en ocasiones, altera la propia obra. Pues muchas veces estaban realizadas adaptándolas al lugar donde serían expuestas.
Es también el caso de la Madonna di Ognissanti. Su posición original en la iglesia de Ognissanti era muy alta. De forma que el espectador la observaba desde abajo, pero podía apreciarla fácilmente gracias a su gran tamaño.
El espectador era así parte de la pintura, un elemento más. Pues la parte frontal, inferior al altar o trono donde se sienta la Virgen, está vacía. A sus lados y atrás, los ángeles adoran a ella y al Niño. Enfrente, el espectador acude al acto para rendirles también culto. Uno más en el momento sagrado.
Cómo visitar la Madonna di Ognissanti de Giotto
La obra se conserva en la Galería Uffizi, uno de los museos más prestigiosos del mundo, ubicado en Florencia.
Para visitar el museo, los horarios son los siguientes:
De miércoles a viernes: 14:00 – 18:30.
Sábado y domingo: 09:00 – 18:30.
El precio de la entrada es de 20€, 2€ para los ciudadanos europeos entre los 18-25 años y gratis para los menores de edad.
La mejor opción para visitar la Madonna di Ognissanti de Giotto es hacerlo en un tour por la Galería Uffizi, disfrutando de todas las obras maestras del museo.
Comentario
Me ha gustado mucho la «Historia» XD muy bueno