El Jardín de San Marcos en Florencia es un lugar que ya no existe y, sin embargo, marcó la historia de Florencia y del arte occidental. En el siglo XV, Lorenzo el Magnífico, de la familia Medici, tomará una iniciativa que impulsaría de manera definitiva el arte en Florencia. Lorenzo colocó en el Jardín de San Marcos de Florencia su colección de estatuas antiguas y lo abrió a todos los artistas de Florencia. Jóvenes y no tan jóvenes acudían allí a observarlas, aprender y esculpir. Entre otros, un pequeño Miguel Ángel. De aquel lugar tan especial queda sólo una inscripción que lo recuerda pero todo un legado.
Lorenzo de Medici y una idea... magnífica
El Renacimiento apareció en nuestra historia gracias a muchas cosas. Que surgiera en Florencia fue también un cúmulo más de circunstancias. Un papel importantísimo en su desarrollo lo tuvo el mecenazgo. De hecho, las grandes obras de este periodo son encargos de las poderosas familias florentinas, ya fuese para su disfrute privado o para la ciudad de Florencia.
Esto nos indica algo obvio y es que las familias poderosas de Florencia amaban el arte. Ya fuese por su valor puramente artístico, por apreciar su belleza o por el prestigio que daba poseer una creación de un genio renacentista.
Si hay un mecenas por excelencia, ese fue Lorenzo de Medici. Apodado Lorenzo el Magnífico precisamente por su magnífica visión para el talento y su magnífica aportación a la ciudad de Florencia. Lorenzo destacó prácticamente en todas las facetas: mecenas, político, padre de familia… El Magnífico fue uno de los casos de hombre poderosos que amaba el arte por lo que era y no sólo por el prestigio que éste pudiese darle. Quizás entre otras cosas porque ya nació con un rango social muy elevado.
El Jardín de San Marcos en Florencia: academia de arte
Precisamente por ese amor al arte, Lorenzo quiso potenciar el arte en Florencia desde la formación y mecenazgo de artistas jóvenes.
Fue entonces cuando en el Jardín de San Marcos en Florencia inauguró una verdadera escuela de arte. El primer museo y la primera academia de arte de Europa, tal y como dice la inscripción que hoy recuerda el jardín.
Lorenzo el Magnífico trasladó su colección de esculturas antiguas al jardín, que fue abierto a los artistas de toda la ciudad. Numerosos comenzaron a acudir al Jardín de San Marcos para formarse, aprender y trabajar influenciados por el arte antiguo que, de otra forma, nunca podrían haber visto.
Miguel Ángel
Giorgio Vasari, en la biografía que escribió de Miguel Ángel Buonarroti, nos cuenta que aquí tuvo el encuentro entre Michelangelo y Lorenzo el Magnífico del que surgió la tan grandiosa colaboración.
Un jovencísimo Miguel Ángel trabajaba en una escultura de un fauno mientras Lorenzo paseaba por el Jardín de San Marcos de Florencia observando a los talentos de la ciudad trabajar. Cuando pasó junto a Miguel Ángel se paró a observar su fauno. Lorenzo le comentó a Buonarroti que la escultura era perfecta. Demasiado para ser un fauno. Se veía muy bien y los faunos se caracterizaban por ser criaturas feas. Después de su comentario, el Magnífico continuó su paseo.
El pillo de Miguel Ángel, en cuanto lo perdió de vista, golpeó con el cincel la boca de su fauno destrozándole la dentadura y espero a que Lorenzo volviese a pasar para mostrárselo. Michelangelo no había dado un golpe de rabia sino que había estropeado de forma intencionada el rostro del fauno que ahora se veía rudo y grotesco. Lorenzo el Magnífico, impresionado por el talento, la rapidez y la carisma del chico lo tomaría bajo su protección y comenzaría a ser su mecenas. El resto es historia. Una historia comenzada en el Jardín de San Marcos de Florencia.
Desaparición del Jardín de San Marcos de Florencia
Con la expulsión de los Medici de la ciudad, el Jardín de San Marcos, así como su escuela de arte, alcanzaron su final. La zona fue requisada por el nuevo gobierno florentino y con los años el jardín dejó paso a nuevas calles y palacios. Hoy nos queda una inscripción que recuerda su escuela, a Lorenzo, a Miguel Ángel y al papel que tomó en la historia de la ciudad.