En la Plaza del Duomo nos encontramos con el segundo edificio religioso más antiguo de Florencia: el Battistero di San Giovanni. De hecho se trata del lugar en donde, hasta el siglo XIX, eran bautizados todos los cristianos de Florencia.
El Battistero di San Giovanni es una construcción octogonal, con sus ocho lados iguales excepto uno que es rectangular. Su exterior, decorado en mármol verde y blanco, se armoniza a la perfección con el estilo y belleza de la plaza.
La puerta más famosa de la historia del arte
En él, además, destacan tres preciosas puertas de bronce, entre ellas la famosa Puerta del Paraíso de Ghiberti. El baptisterio de Florencia es incluso anterior a la Catedral, pues fue construido en el siglo VI por la reina de los lombardos para celebrar la conversión de su marido al cristianismo.
Como vemos, todo el edificio y su historia están fuertemente ligados al bautismo. Incluso su estructura lo celebra. Cada uno de sus lados homogéneos representan los días de la semana. Sin embargo, tiene ocho. Eso es porque su octavo lado, el desigual, representa el día de la resurrección de Cristo. Una semana de ocho días en el que el octavo representa el día que no tendrá final.
La evolución y la belleza del Baptistero de Florencia
Ahora bien, el resultado final que apreciamos en la actualidad no fue así desde el inicio. De hecho, el baptisterio de Florencia sufrió una lenta y gran evolución desde su creación en el siglo VI. En el siglo XI se construyó uno totalmente nuevo y ampliado sobre el ya existente (es aquí cuando toma forma octogonal). A continuación se modificó uno de los lados para hacerlo rectangular y se decoró con mármol. Por último, ya en el siglo XVI, mil años después de su creación, se añadieron las tres puertas de bronce.
En su interior, sorprende la increíble belleza de sus frescos bizantinos sobre el Juicio Universal y el sepulcro del Papa Juan XXIII obra de Donatello. La visión del interior de su cúpula nos ofrece una belleza deslumbrante.
